con javier cancho

Historia del ogro

¡Qué viene el ogro!…¿Recuerdan aquella frase? Pues, para la infancia de hoy en día el ogro ya está aquí, ha llegado.

Javier Cancho

Madrid |

Antes de que cayésemos en la cuenta de que en las residencias de ancianos había algún problemilla; mucho antes, la infancia ya se había percatado. Los niños ya habían sentido que daba tristeza que hubiera abuelos viviendo en esos lugares que son como guarderías sin juguetes ni colores. Ya lo advirtió Antoine de Saint-Exupery: los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.

La infancia se enfrenta a deberes telemáticos en un horizonte indoor, en un primavera incipiente; y a pesar de eso, ellas y ellos, están manteniendo la entereza, el coraje o la sonrisa. Porque se trata de algo muy importante, mucho más importante que los deberes: se trata de cuidar a sus abuelos. Los abuelos que siempre están ahí, siempre disponibles hasta que se mueren. Y, entonces, como ahora en la época del confinamiento, hay que explicar la muerte. Hay que explicársela a ellos que están tan llenos de vida.

Y, me parece, que la muerte se explica peor todavía cuando ni siquiera ha sido posible la despedida. Nos cuesta a nosotros. Así que imaginen lo que les cuesta a ellos.

Cómo despedirse de esos adultos que no regañan casi nunca, que casi siempre son capaces de una sonrisa comprensiva. Los abuelos son los mayores cómplices que tienen los niños. Por eso entre una generación y la otra, habiendo tanta distancia, hay tanta conexión.

Los abuelos transmiten a los más importantes, a nuestras criaturas, les transmiten valores tan cruciales como la sabiduría, la experiencia o la estabilidad. Y qué me dicen de los cuentos. Cómo cuentan los abuelos sus historias.

En los cuentos infantiles, los personajes no son ambivalentes, no

son buenos y malos al mismo tiempo que es como realmente somos los adultos. Para la infancia, el bien y el mal tienen una frontera mucho más nítida. Pero, sucede que la realidad que estamos viviendo también está arrebatado a la infancia el valor del lenguaje simbólico que ayuda a las niñas y a los niños a aliviar sus temores y a afrontar sus angustias. Ellos también están teniendo que enfrentarse a la incertidumbre. Cuando las cabezas de los niños se van configurando lo hacen a partir de sus propias experiencias,

pero también observando la vida de los adultos, y las sensaciones que les trasmitimos. Por eso, en estos días, de convivencia tan intensa parece importante recordar, casi a cada instante…qué es lo esencial.

¿Cuántas cosas se nos pasan por alto debido a que damos una

gran importancia a lo visible? Cuando nosotros fuimos niños no me parece recordar que hubiera ogros. Pero, ahora, sí hay uno, aunque no lo veamos.

Hay un ogro real que hace daño a los abuelos. Es un ogro invisible. Y para la infancia no hay nada más potente que lo que no se ve. Así que para combatir al ogro, es posible que sea bueno armarse de actitud. Como el ogro, la actitud también es invisible.