Te ha llegado un correo, un mensaje, un paquete. Hay un usuario nuevo, una noticia nueva, una herramienta nueva. Alguien ha hecho algo, ha publicado algo, ha subido una foto de algo, ha etiquetado algo. Tienes cinco mensajes, veinte likes, doce comentarios, ocho retuits. Hay tres personas mirando tu perfil, cuatro empresas leyendo tu currículum, dos altavoces inalámbricos rebajados, tres facturas sin pagar. Las personas a las que sigues están siguiendo esta cuenta, hablando de este tema, leyendo este libro, mirando este vídeo, llevando esta gorra, desayunando este bol de yogur con arándanos, bebiendo este cóctel, cantando esta canción.
Tu cerebro, tu voluntad, tus horas de sueño, de amor, de paseo están siendo raptadas. Está pasando, seguirá ocurriendo, sucederá mañana y la próxima semana.
Se llama Marta Peirano, es española, y ha mirado el cerebro de la bestia por dentro. Lo ha conseguido a pesar de que la bestia tiene dueños. Y sus dueños son muy poderosos. Son los más poderosos. Para alimentar el cerebro de la bestia, sus dueños, tienen trabajando en las redes neuronales del sistema a los mejores cerebros del mundo. Lo hacen para aumentar su poder mientras nosotros les estamos entregando lo más importante. "El precio de cualquier cosa es la cantidad de vida que ofreces a cambio."
Es la advertencia de Marta Peirano sobre el gran asunto, sobre lo que la bestia está preparando. Podrían estar preparándose una dictadura, una nueva, distinta, desconocida hasta ahora. Tienen un puesto de vigilancia en cada una de nuestras vidas. Los tentáculos de la bestia nos succionan, con los móviles que llevamos hasta el baño, con las smart tv, con los altavoces inteligentes, con las suscripciones a Netflix, Apple, Amazon. Ellos quieren que les dediques el mayor tiempo posible, porque de ese modo estás generando los datos con los que cada día irán siendo más poderosos.
Las aplicaciones más utilizadas se basan en un señuelo adictivo, parecido al de las tragaperras. Es un sistema diseñado para producir la mayor cantidad de pequeños acontecimientos inesperados en el menor tiempo posible. Cuanto más alta es la frecuencia, más rápido te enganchas. Se trata de un bucle de dopamina. Son chutes adictivos. Es condicionamiento de intervalo variable. Y saben qué: la infancia se engancha más rápido que nadie, se vuelven adictos sin comprender cómo.
Vemos en una terraza a familias enteras pegadas al móvil tratando de gestionar su propia adicción. Marta Peirano recuerda algo interesante: sabemos que la heroína es mala y que las tragaperras también lo son. Pero, lo que la bestia nos está dando resulta todavía más adictivo. La bestia contrata genios para crear productos con los que logran adicción instantánea. Y de ese modo podríamos llegar a ser menos felices y menos productivos que nunca, porque somos adictos. Lo explica Marta Periano en 'El Enemigo Conoce El Sistema' Un libro en el que se nos advierte de algo trascendente: nos están hackeando el cerebro, están hackeando el cerebro de tus hijos.