Historia del reinado de Carlos IV
Fue un 5 de noviembre cuando el rey Carlos IV perdonó la traición de su hijo Fernando VII. El hijo del monarca había participado en una conspiración contra su padre.
Fue un reinado que transcurrió entre dos épocas. Fue el reinado del borbón Carlos IV, que vino al mundo en el napolitano palacio de Portici. Una seria de piruetas en su destino le condujeron a ser designado príncipe de Asturias. El Rey de España, el hermanastro de su padre, murió sin descendencia, mientras que su propio hermano mayor fue apartado de la línea sucesoria por discapacidad intelectual. En su caso, ya antes de ser rey, don Carlos mostró sensibilidad para las bellas artes. Tocaba el violín y el violonchelo.
Carlos IV ha tenido la consideración de flojo. Se le vincula con del periodo de mayor decrepitud de la monarquía hispánica. La visión que se ha transmitido es la de un rey manipulado por su esposa María Luisa de Parma, y su hombre de confianza, Manuel de Godoy. Sin embargo, hemos de tener algo en cuenta: la intrahistoria de su reinado fue escrita por sus enemigos. Sería, quizá, conveniente revisar algunas ideas manoseadas de un modo interesado.
De aquellos años queda un momento fascinante: en 1800, Goya retrata al monarca y a su familia pintándose junto a ellos. De cómo era el rey también tenemos la descripción que hiciera la Duquesa de Abrantes. Dijo la duquesa que el tamaño exagerado de su nariz era lo más característico de su fisonomía. Para la duquesa, no había en Carlos IV ningún atractivo físico. En cambio, le parecía un hombre amable y bondadoso. Antes de ser rey, cuando Carlos tenía 16 años se acordó su matrimonio con su prima María Luisa. Para que se hagan una idea de cómo eran aquellos tiempos hay que recordar que en un periodo de 23 años, María Luisa tuvo trece partos y diez abortos. Hasta que no pasaron 19 años de matrimonio no tuvieron a un hijo varón que sobreviviera a sus primeros años de vida. Y ese hijo sería Fernando VII, el tipo que traicionó a su propio padre.
Como reina, María Luisa sostuvo la actitud que ya tuvieron sus predecesoras Isabel de Farnesio y Bárbara de Braganza, que fueron consortes que no se limitaron a poner su vientre a disposición de la corona. Resulta llamativo que Carlos IV fuera considerado flojo de carácter por no relegar a su esposa a una función subsidiaria. Es curioso como otros reyes que fueron derrocados también fueron acusados de lo mismo: de tener cerca reinas libertinas como María Antoñeta en Francia o María Carolina en Portugal. En la Historia con H mayúscula sigue habiendo muchos embustes.
Indagando en el reinado de Carlos IV nos encontramos con sospechosas leyendas de alcoba, resultando la mayoría inverosímiles. Y sin embargo, siendo improbables fueron tomadas como ciertas por unos cuantos historiadores. Los partidarios del hijo se afanaron en hacer creer que la reina y Godoy mantenían un idilio que no parece probable.
Carlos IV fue un monarca absoluto, un rey del antiguo régimen. Mientras la mayoría de los españoles sufrían los padecimientos de la pobreza y de enfermedades epidémicas como la viruela y la fiebre amarilla. Había sensaciones apocalípticas. Pero como en toda época fronteriza, en tiempos de Carlos IV hubo un impulso ilustrado. Por ejemplo, se representó con gran éxito 'El sí de las niñas', obra protegida por Godoy, que después con Fernando VII sería prohibida por la Inquisición.
Pero antes de que Fernando VII fuera rey sucedieron unas cuantas circunstancias tan sorprendentes como la Conjura de El Escorial y el Motín de Aranjuez… que ya serán historias de otro día.