Hoy se estrena en Movistar + la serie documental ‘Supergarcía’, dirigida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, que han hecho un exhaustivo repaso a la trayectoria profesional de José María García en la radio.
Una de las premisas que motivaron este proyecto fue permitir a García despedirse por fin de su audiencia 21 años después del que fue su último programa, con fecha del 7 de abril de 2002 en Onda Cero. García empezó y acabó esa noche como cualquier otro día. Pero nunca más regresó. Hoy vamos con una de las anécdotas más recordadas de sus muchos años de radio. Y es curioso, porque esta historia no tiene nada que ver con el ámbito deportivo, pero es un claro ejemplo de la influencia que ejercía García.
Ocurrió durante su etapa en Onda Cero, el 13 de julio de 2001. El SEPLA, Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas, acababa de convocar 10 días de huelga en pleno verano. Llevaban meses amenazando con paralizar la compañía Iberia si ésta no atendía sus reivindicaciones salariales en el nuevo convenio. Aquella noche, José María García dedicó todo su programa no sólo a informar sobre este conflicto, sino a mediar entre ambas partes para tratar de encontrar una solución.
Durante las tres horas y media del programa, hubo conexiones con aeropuertos nacionales e internacionales, análisis, entrevistas… pero el momento clave de la noche fue cuando el equipo de Supergarcía consiguió en directo poner a la vez al teléfono al secretario general de la Federación de Transporte y Comunicación de Comisiones Obreras, Julián Jiménez; a Jaime Lacasa, jefe de la sección sindical en Iberia; y a Ángel Mullor, Consejero Delegado de Iberia. Entre ellos hubo un largo debate acerca de la huelga y el conflicto que giraba en torno a ella. Fue un debate que tras varias deliberaciones terminó con el compromiso por parte del sindicato de desconvocar las siete jornadas de huelga que tenía previstas para los meses de julio y agosto. Y así fue.
A la mañana siguiente, el colectivo de pilotos tomó la decisión atendiendo expresamente a la petición realizada por el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, que les solicitó que suspendieran el calendario de paros como muestra de 'buena fe' antes del inicio del proceso de arbitraje obligatorio para solucionar el conflicto que les enfrentaba con la dirección de la compañía.
Pero, sin duda, quien allanó este camino hacia el entendimiento entre los pilotos y la empresa fue Supergarcía.