En el corazón de la calle, a 8 millas de Tomelloso, se encuentra la mayor casa de empeños de toda la ciudad. Un lugar en el que los clientes consiguen dinero rápido... y, a veces, pierden la cabeza. El dueño, Les Gold, es prestamista y pertenece a la tercera generación de prestamistas de su familia. "Mi padre daba préstamos a plazo fijo en la Caja Rural de Almagro. La gente le adoraba porque, sólo por abrir una cuenta, él les regalaba un juego de sartenes", declara.
Les Gold nos explica que hoy en día, las casas de empeño son necesarias debido a la mala situación económica. "¿Dónde vas a conseguir dinero si no tienes una cuenta en el banco ni tarjeta de crédito? El único sitio al que puedes ir es a una casa de empeños. Porque lo de buscar trabajo es demasiado mainstream", comenta. Asimismo, confirma que se trata de algo sencillo, "la gente trae aquello que cree que puede vender. Nosotros lo tasamos y el cliente decide si acepta el dinero o se larga. Parece fácil, pero no todo el mundo lo ve así".
En este episodio un cliente bastante impaciente pide 300 euros, aunque el dueño tiene dudas de su autenticidad. "El tipo vino intentando venderme un contrato de trabajo temporal como si fuese un contrato indefinido", confirma Les Gold, "de esos que cuentan con nóminas de 2000€ mensuales y paga extra de Navidad".