La nueva reforma laboral del Gobierno se aprobó ayer en el Congreso de los Diputados por un único voto a favor y gracias al apoyo del diputado del PP, Alberto Casares, que se equivocó en el voto telemático. Además, la votación fue muy ajustada, ya que finalmente los dos diputados de UPN decidieron no acatar la disciplina de voto y no apoyar la reforma laboral.
Borja Sémper, que ha sido portavoz del PP vasco, admite que la norma general en los partidos políticos es cumplir con la disciplina de voto, pero reconoce que en su caso, "nunca me importó que un diputado me anunciara una salvedad en su voto" y considera que ese desacuerdo "hay que verlo con naturalidad".
No hay nada que se pueda plantear, desarrollar y sacar adelante en condiciones normales. Todo es como una serie de Netflix
Por su parte, Edu Madina recuerda que cuando se modificaba la legislación del derecho civil para el matrimonio entre personas homosexuales, había voces dentro del PSOE que no estaban de acuerdo con la nueva norma. Sin embargo, "la gente ya había votado que sí a eso en las elecciones generales". Por eso, "no te queda otra que defender el programa que la gente ha votado", sostiene Madina sobre el posicionamiento de un partido.
Sémper critica la polémica generada a raíz de este episodio de la política nacional, un síntoma más de lo que se ha convertido la dialéctica política en España. "No hay nada que se pueda plantear, desarrollar y sacar adelante en condiciones normales. Todo es una especie de montaña rusa, todo es una serie de Netflix", reflexiona sobre cómo abordar y analizar el ejercicio de la política.