Edu Madina comienza elogiando la trascendencia histórica de la Ley de aministía, hecha por la generación de sus padres, "una generación que tuvo más proyecto para el futuro que para el pasado". Ahora, sin embargo, se pregunta si esto sigue siendo así, si la actual generación de dirigentes tiene un proyecto más serio de futuroque de pasado.
"Con esta ley no hay que jugar, su valor histórico es brutal", dice recordando a dirigentes del Partido Socialista y del Partido Comunista que estuvieron en las cárceles franquistas. Además, el derecho penal no se aplica de manera retroactiva y muchos de los culpables de aquellos crímenes han muerto. Por tanto, "no he entendido nada", manifiesta Madina sobre el debate generado esta semana en relación a la enmienda a la Ley de Memoria Democrática.
Por su parte, Borja Sémper, coincide haciendo una reflexión en torno a dónde estamos y de dónde venimos. "Más allá de la dialéctica en torno a la ley, empezamos a jugar de una manera frívola y peligrosa con cosas que se han mostrado positivas", opina mientras se pregunta: "¿La generación actual de dirigentes políticos están siendo capaces de parir algo edificante, que nos proyecte hacia el futurode una manera mejor que lo que fue capaz de hacer la generación de la Transición?".
Él mismo responde negativamente y sostiene que "convendría echar el freno de mano y proteger las cosas importantes", como las realizadas en la Transición.