Iván Redondo, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, citó a Sergio del Molino al inicio de un artículo publicado en El País donde reflexionaba sobre la España de 2050: "Ni somos tan pocos, ni estamos tan aislados, ni somos tan frágiles. La comunidad llamada España sigue siendo posible". En el programa de hoy, Borja Sémper y Eduardo Madina han invitado a La ínsula a Sergio del Molino para hablar de la idea de España y de su nuevo ensayo 'Contra la España vacía' la semana que viene.
La politización de la educación y la inmersión lingüística
En 'Contra la España vacía' Sergio del Molino evoca su experiencia en un pueblo de Valencia, Tavernes, donde pasó su infancia para hablar de la inmersión lingüística y el efecto que ésta tiene en las personas que no hablan valenciano. Cuando él era pequeño sus padres decidieron trasladarse allí por motivos laborales. En los años 80 fue cuando se empezó a "valencianizar y a transformar la escuela", explica Sergio, que se convirtió en "un campo de batalla político".
Así, en un pueblo donde todo el mundo hablaba castellano y sus padres estaban completamente integrados, "de repente, la vida cotidiana se les empezó a hacer cada vez más cuesta arriba", dice el autor. De hecho, llegó un punto en el que decidieron irse a vivir a otro lugar donde no hubiera bilingüismo, concretamente a Zaragoza. De esta forma, Sergio del Molino critica la extrema politización de la educación y sus efectos sobre la vida cotidiana de las personas, como los que sufrieron sus padres, que empezaron a ser tratados como "el otro, el castellano, el extranjero".
"El libro nace de la preocupación de ver cómo se derrumban principios de la convivencia"
Del Molino explica que 'Contra la España vacía' es un libro que "nace de la preocupación de cómo se van deshilachando unas cosas que mi generación dábamos por hechas". En torno a esta reflexión sostiene que actualmente se están cuestionando muchos principios de la convivencia que jamás imaginaba que ocurriría y, "de esa preocupación al ver cómo se derrumban cosas fundamentales" le surgió la necesidad de reivindicar a través de la palabra.
La España del futuro
En cuanto al futuro, del Molino no esconde su pesimismo y considera que "nos esperan tiempos oscuros". El autor sostiene que estamos abandonando un periodo excepcional de la historia de paz, bienestar y prosperidad que nunca antes se había producido. Ahora, parece que "ese periodo tal vez no sea la norma, sino la excepción" y, por tanto, "tendremos que luchar por mantenerlo". Del Molino considera que "ahora lo progresista es ser conservador porque intentas mantener lo que hay y que no se erosione más".
"Ahora mismo no hay un proyecto civilizado que se oponga al populismo", sostiene el autor. Como salida a ese oscuro futuro y frente a un presente donde las instituciones sufren una grave erosión y la democracia liberal parece tambalearse, del Molino plantea la unificación y organización. "Tenemos que reconocernos entre la niebla aquellos que compartimos una misma mirada sobre la civilización" sostiene mientras defiende que "eso no significa que seamos conformistas o conservadores". Al final de su libro pretende identificar algunas luces entre las tinieblas para "organizarse y crear espacios de resistencia dialéctica".