Hay que tenermemoria incluso de lo no vivido. Memoria de la historia para aprender de nuestros fallos, para saber escribirla y reescribirla, para tomar conciencia de lo bestias que fuimos, que somos y seremos, para que no nos pille por sorpresa lo que ya estaba escrito, lo nunca visto.
Hay que tener memoria de los errores y de los horrores para no repetirlos, para intentar ser cada vez mejores. Hay que tener curiosidad, independientemente de la edad que se tenga, por los acontecimientos y comportamientos que nos han traído hasta aquí.
El saber sí ocupa lugar, pero es un lugar tan importante que debe tener un cuarto para él solo. Un cuarto de estar y de ser,no un trastero o un desván sucio y polvoriento.
Ponerse una venda en los ojos a conveniencia, taparnos la nariz o tener la comprensión lectora para quedarnos solo con lo que nos interesa o se ajusta a nuestra forma de pensar conduce a la indiferencia o a alimentar el odio partidista y partidario.
Hay que tener memoria incluso de lo no vivido. Me parece tan importante que a mí, personalmente, me gustaría poder tener también memoria del futuro.