¿De qué hablamos cuando hablamos de rock? De grupos como Tiburona.
Cuando el oficio no está reñido con el ingenio, salen canciones, que es lo único a lo que debería aspirar el rock en este momento. Tiburona hacen las mejores y, como escualas supervivientes en las cambiantes aguas de la moda, han sabido seguir su instinto y desarrollar habilidades que les permiten nadar de espaldas en otro medio, uno más pop, pero no por ello menos exigente.
No es que Laura, Rita y Supercarmen hayan abandonado su zona de confort (el rock’n’roll clásico, el garage 60’s…), es que la han ampliado y actualizado, a través de un tratamiento de sonido más contemporáneo y usando para ello su principal atributo: unas armonías vocales al alcance de muy pocos grupos del panorama independiente nacional.
Liberadas de corsés estilísticos y manteniendo intactas sus señales de identidad, han facturado una colección de canciones que lucen sofisticadas y contundentes como un guante de seda forjado en hierro.