El consejo lleva por título "Cocinemos a fuego lento". Hoy martes es un día muy especial, por un lado porque es un día festivo por los andaluces, ya que se conmemora el día de Andalucía y, por otro lado porque es el aniversario de la muerte de quien es, a mi juicio, uno de los escritores mayores del siglo XX, Álvaro Cunqueiro. Ningún escritor de su talla ha caído en un olvido semejante, recordemos a lo largo de los años 50, en pleno auge del realismo social, Cunqueiro rompía la baraja de la literatura española con fantasías medievales llenas de humor que prefiguraban el realismo mágico. Según Umbral, de haber nacido en América, habría sido Borges, pero en España tenía que dirigir un periódico para vivir.
Como director del Faro de Vigo, Cunqueiro era un periodista, pero al hacer literatura era un fabulador. Exigirle literatura comprometida era a su juicio, como pedir zapatos en una panadería. En sus propias palabras nunca nadie pidió a Juan Ramón Jiménez que opinase sobre los problemas del campo andaluz, ni a Joyce que hiciera la reforma agraria irlandesa, ni a Pirandello que acabase con la mafia y la miseria siciliana.
¿Por qué Carlos lo de cocinar a fuego lento?Primero porque alguna de sus mejores páginas son de literatura gastronómica, de manera que hay entre sus libros, tantas megas, tantos curandeiros, tantos menciñeiros como platos de pulpo, empanadas de xoubas o Albariño. En un texto de 1964, Cunqueiro escribió que la realidad es tan rica que el aburrimiento es una tradición, que atender a lo maravilloso no supone caer en la evasión y que una de las cosas que enseña la cultura occidental es a no tener prisa.
El filosofo Nietzsche decía en el prologo de su libro "Aurora" que escribir con lentitud es un placer malicioso porque de esa manera uno desespera a quienes se apresuran. En esto creo yo que convendría Cunqueiro que supo salvar su obra de lo inmediato, así que hagamos como el y cocinemos a fuego lento y no nos hagamos daño.
