El consejo de hoy tiene un título muy estoico "No echemos de menos tantas cosas". Mucho se ha hablado acerca de las declaraciones de Feijóo en las que afirma que no echa de menos reunirse con algunos gobernantes de las naciones hispanoamericanas y yo creo que hace bien porque nunca se ha visto que el líder de la oposición acudiese a una Cumbre Americana de presidentes y Jefes de Estado. Se cuenta que Sócrates paseaba por el mercado de Atenas, miraba el género que allí se exhibía y exclama ¡ah, cuántas cosas que no necesito!
La verdad es que a mí me pasa lo mismo salvando las distancias cuando me entero que Cristiano Ronaldo se ha comprado un Bugatti de ocho millones de euros. Francamente no echo de menos comprarme un coche tan exclusivo. Volviendo al tema, lógicamente, el presidente ha respondido a las declaraciones de Feijóo de forma acerva e implacable porque siempre es acervo e implacable con unos y suave y fragante con otros y, a mí, al verlos discutir se me ha revelado una verdad filosófica. Creo que ahora mismo en nuestra política nacional hay en liza dos arquetipos tan viejos como el mundo que son el de Hamlet y el de Don Juan. Tenemos por un lado a un Feijóo Hamlet inconstante, indeciso, que tropieza, que se trastabilla, a vueltas con el ser y no ser, el ser y no ser presidente se entiende. Y al mismo tiempo tenemos a un Sánchez Don Juan audaz, osado, casi temerario que está siempre pensando en su siguiente conquista. Con lo cual nos encontramos ahora mismo con una paradoja muy curiosa, por un lado tenemos a Feijóo que es un estoico que se conforma con lo que tiene y que tampoco pide más, la verdad es que tampoco está haciendo grandes méritos para acceder a La Moncloa y está por ver que quiera presidir el país y, por otro lado tenemos a Sánchez que está ahí, pero parece que querría estar en otro sitio, quizá en Europa, donde sin duda lo tratan mucho mejor.
Con que así estamos, nuestros dos principales candidatos son, uno que no se sabe si quiere entrar y otro que no me queda claro si quiere salir. La conclusión es que hay que estar a lo que hay que estar. De eso se trata, de lo contrario podemos acabar como Feijóo y como Sánchez que, teóricamente pugnan por asegurarse La Moncloa y que a cada paso que dan parecen alejarse de ella. No nos hagamos daño.