Los conocí anoche, a través de la doctora Elena Muñez, del Servicio de Enfermedades Infecciosas, profesionales que están doblando las guardias, renunciando a vacaciones pactadas, a sus turnos, echando horas extraordinarias sin saber si podrán cobrarlas, profesionales que están cayendo contagiados casi a diario, porque la epidemia está desbordando todo y no hay trajes de protección inmunizados, ni guantes, ni mascarillas suficientes para todos….y aun así, todos levantan la mano en las reuniones y se ofrecen para sumarse a los turnos más difíciles.
Me gustaría poder hablarles a esos niños tuyos, que otros días a estas horas, llevas al cole en el asiento de atrás, y que hoy les tienes todavía dormidos, mientras a ti te sigue quitando el sueño esta situación de alarma que nos atemoriza a todos. Me gustaría decirles que no solo los grandes deportistas son héroes a imitar, me gustaría explicarles que cuando salgamos de esta mala época, de estos días contaminados de virus y preocupación económica, lo habremos hecho gracias a héroes con bata blanca que no aparecen en las portadas de los periódicos, ni la sociedad les adora como adora a los ídolos del deporte o de la música, más habituales, y que tampoco económicamente se les reconoce su esfuerzo, su riesgo, su trabajo y su talento, y que ojalá ellos….sean capaces de imitar a cualquiera de todos esos médicos, enfermeras, celadores de todos estos hospitales…pero me temo que no, que si les damos a elegir, elegirán ser futbolistas…Porque ese es el modelo que les hemos puesto, lo que en el Antiguo Testamento llamaban el Becerro de Oro