La pena de estas elecciones es cómo se ha abortado la posibilidad de encontrar a una persona limpia, honesta, preparada y sin el pasado sospechoso de estos dos candidatos, que vienen de ser compañeros y palmeros de Villar, antes de que entrase en la cárcel.
Después que entró, los dos corrieron a repartirse sus vestiduras y a prometer cargos y prebendas al resto de la Asamblea para que les votasen. Y parece que Rubiales ha prometido mejores cosas y a más gente de esa Asamblea contaminada y sospechosa que ayer le eligió a él antes que a Larrea, que dice que le han engañado. Ninguno me inspiraba confianza.
Los dos me producen el mismo rechazo, pero con Rubiales la guerra sorda en el fútbol temo que se va a recrudecer. Odia a Tebas tanto como Tebas le desprecia a él. Y seguirán odiándose y despreciándose y seguirá la guerra y el enfrentamiento entre la Federación y La Liga, dos instituciones que se necesitan y que dependen la una de la otra. Lástima de ocasión para que hubiese habido unas elecciones limpias, de una Asamblea limpia, que se hubiese elegido de manera limpia.
Pero de una Asamblea, en la que se demostró como se comercializaban los votos y se cambiaban por prebendas y favores, solo podía salir…una cosa así: El Rubi. En mitad de esta estación primaveral, donde el fútbol nos ilusiona con las finales europeas y el Mundial de Rusia, no quiero cubrirte esta mañana de desencanto, pero es lo que hay. La parte optimista es que en poco más de un año y medio el Rubi tendrá que convocar nuevas elecciones, y habrá una nueva Asamblea en la que ya no será tan fácil el comercio de votos y hasta puede que haya un candidato mejor.
Entre tanto, me quedo con los versos de Serrat, pensando en esos futbolistas jóvenes que van a depender de esta gente: Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer….que no hay nada que hacer…Eso sí, el Rubi debe recordar que ahora en el fútbol quien delinque, va a la cárcel
