Pepe Reina, el portero de la selección que se proclamó campeón del mundo y de Europa, el aclamado Reina que hizo de presentador en la ceremonia popular que ofreció la Copa del mundo al pueblo español en Madrid, hace algún comentario, como hacen y han hecho tantos, o incluso como hizo Rafa Nadal, en desacuerdo con el actual Gobierno y sus decisiones en estos días de epidemia y pactos y discusiones, y recibe una lluvia de insultos e improperios llamándole fascista y simpatizante de Vox que podrá serlo o no, como lo son más de 3 millones de españoles y como lo son otros tres millones simpatizantes de Podemos. Pero me preocupa la facilidad con la que se llama fascista al que critica alguna o muchas decisiones del gobierno.
Ocurrió con Rafa Nadal, y está ocurriendo con Pepe Reina, que simpatizará con el grupo político que él elija, y que en todo caso es tan lícito y democrático como cualquier otro de los que forman el arco parlamentario, y que juran o prometen la Constitución que nos iguala a todos cuando les hacen ministros. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué virus nuevo nos está contaminando? Parece como si desde que no hay fútbol los partidos de la jornada se jueguen en el Congreso y solo pudiesen pasar los ultras. Confío en que ahora que vuelve la Liga, los partidos de la jornada vuelvan a jugarse en los campos de fútbol y no en el Congreso.