El sorteo ha emparejado al Madrid con los Unionistas de Salamanca, que juegan en un campo sin luz, con capacidad para 4.000 personas, mientras que el Helmántico, el viejo estadio de la ciudad con capacidad para 17.000 personas, pertenece al Salamanca, que lo compraron unos mexicanos con el estadio incluido, y como las relaciones son malas entre ellos, ni los Unionistas les piden el campo para jugar con el Madrid ni los otros se lo dejarían, con lo cual pretenden jugar en ese solar con esa grada de 4.000 personas, poner gradas supletorias y reforzar la luz para televisión…lo que no deja de ser un gasto añadido que posiblemente se llevaría los beneficios de la suerte del sorteo.
Otra posibilidad que me dijeron anoche fue la de irse a jugar a Zamora. Una solución que es una bofetada a la ciudad, que con la visita del Madrid luciría su esplendor y belleza en todo el mundo, y la cabezonería de unos y otros perjudicaría enormemente las posibilidades de enseñar al mundo uno de los lugares más bonitos de España.
El fútbol a veces regala ocasiones a las ciudades para que aprovechen su escaparate y su foco mediático, como en este caso ocurre con Salamanca, la pena es cuando una ocasión así la destrozan por mezquindades, rencillas o envidias… En definitiva, una estupidez, esa enfermedad que no la sufre nunca el enfermo sino los que están a su alrededor.