Gente como el exciclista Roberto Torres, con el que hablábamos anoche en el programa y que conduce una ambulancia con la que estos días traslada a cientos de enfermos. Le ha cambiado la mirada por un velo de tristeza.
O nuestro campeón de boxeo, Javier Castillejo, que dedica sus días a trabajar con la Cruz Roja llevando la comida a los domicilios de la gente que no puede salir.
Admirable también el árbitro de balonmano, Fernando Ramos, que trabaja en la Universidad de Oxford como investigador en los ensayos de una vacuna contra el coronavirus y que el domingo nos inundaba de orgullo contándolo en Radioestadio, y que ayer decían que estaba probando ya en seres humanos.
No nos faltan ejemplos como el de Ana Romero, jugadora del Betis Femenino, licenciada en Medicina y con el MIR recién terminado y que no ha dudado en empezar a trabajar en un hospital para ayudar.
Como también lo ha hecho el médico del Deportivo de la Coruña, Carlos Lariño, que ha pasado de trabajar en el club a ayudar en el Hospital Universitario de A Coruña.
Son cientos de héroes que han puesto su tiempo y sus conocimientos al servicio de los demás de manera absolutamente altruista. Se ponen en riesgo ellos, pero también a su entorno más cercano, con el único objetivo de ayudar a vivir, porque la salida de este túnel va a llegar, pero mejor, si por el camino hemos aprendido más sobre la solidaridad, la humanidad y la generosidad. Porque todo ello nos va a hacer una especie mejor y con mucha más verdad.