El único oro de la delegación española lo consiguió un atleta muy particular,Adel Mechaal. Nacido en Marruecos, su familia se instaló en Palamós cuando él tenía cinco años. Hasta aquí la historia de tantos inmigrantes. La novedad es que Adel declaró hace dos años que estaba a favor de la independencia de Cataluña y llegó a decir que subiría a los podios con una estelada. Anoche me dijo que tergiversaron sus declaraciones y pareció que así fue porque después de proclamarse campeón europeo, no sólo posó con la bandera de España, sino que escuchó el himno con la mano en el corazón más tieso que un legionario. Cómo debió ser que hasta Rajoy le felicitó por Twitter. Hablamos con Mechaal en El Transistor y algo nos quedó claro: además de rápido es listo. En los genes lleva el talento para correr y el instinto de supervivencia. Nos habló de su vida, de su evolución ideológica y de su deseo de no meterse en más líos eso de la política me ha dicho que no debo meterme, me dijo.
El fútbol será el siguiente espectáculo mañana y pasado. Madrid y Barcelona se juegan su futuro en la Champions con peor pronóstico para el Barça, salvo que Messi diga lo contrario. Así es como pinta la semana: no tendremos ni una noche libre ni una noche aburrida. ¡Qué bien!