En Liechtenstein tienen más bancos que habitantes y están más interesados en jugar a la Bolsa que al fútbol. En estos casos toca decir que no hay enemigo pequeño, pero no es fácil encontrar uno tan pequeño como este. Será una buena oportunidad para lucir banquillo y explorar otras fórmulas de juego. O dicho de otra manera: será una ocasión inmejorable para tener a todos los jugadores contentos. Y de eso se trata. De que los futbolistas estén felices y los aficionados también, de que la Selección funcione como lo que es: el equipo de todos.
De momento, Lopetegui está cumpliendo con los objetivos. Ha sabido dar con la dosis precisa de juventud y experiencia, ha reactivado el ánimo y el hambre, y nos tiene virtualmente clasificados para el Mundial. Ningún reproche que hacerle salvo cuando le da por saludar a presuntos delincuentes. El fútbol español no le debe nada al presidente procesado y, en caso de que se lo debiera, pueden estar todos seguros de que se lo ha cobrado con intereses.