Por Huesca pasará este año el Barça de Messi, y el Madrid de Cristiano, y el Atleti con o sin Griezmann, y el Valencia y el Sevilla y todos los equipos de Primera, y su equipo y su ciudad saldrán en todos los telediarios, y en todas las ciudades del mundo se pondrán los goles que marquen o que les marquen desde China a Estados Unidos, pasando por los países árabes.
Ese gigantesco foco mediático que les va a alumbrar durante la próxima temporada, cambia mucho la vida de una ciudad y de sus ciudadanos, económicamente es una lluvia de dinero y el equipo se convierte en un gran equipo que verán en todo el mundo.
Huesca tiene poco más de 50.000 habitantes y nunca ha estado en Primera División, históricamente han estado casi siempre en Tercera salvo 8 años en Segunda.
La temporada pasada llegaron a ver los puestos del cielo muy cerca cuando jugaron los play off por el ascenso. Este año comenzaron el campeonato imparables hacia el ascenso desde los primeros partidos, después tuvieron un bajón en el que perecía que se descosiera todo lo que habían hecho.
Sin embargo el arreón de estas últimas jornadas les ha llevado a esa nochebuena de ayer, el fútbol es grandioso cuando disfrutas noches de títulos como hace unos días en Lyon, o como puede disfrutar el sábado el Madrid en Kiev, pero cuando ves un equipo humilde como anoche el Huesca, atravesar las puertas del cielo, el fútbol es algo más que grandeza porque se convierte en una alegría contagiosa que anestesia casi todo. Así lo sentí yo anoche, felicidades Huesca, bienvenidos a la gloria del fútbol.