Será en la final del Europeo Sub 21, un torneo que nos ha vuelto a congregar en torno a la Selección española. Si salimos campeones esta noche frente a Alemania, que por cierto, han conseguido también una buena generación de futbolistas, que les mantiene en mitad del escenario esta noche con los Sub-21 y el domingo a los absolutos en Rusia contra Chile. Pues si logramos el título esta noche, habremos olido en el mes de junio las flores de la primavera que viene.
Si Saúl levanta la copa esta noche, la ilusión nos durará hasta el Mundial de Rusia, imaginaros un año entero con los depósitos cargados de esperanza.
Si el triunfo nos esquiva, por culpa de la suerte o de los alemanes, nos quedará el orgullo de habernos convertido en la referencia del fútbol europeo. Podemos ganar o perder, pero siempre nos salen equipos bonitos. Nos daba vértigo imaginar el futuro sin los futbolistas que nos hicieron campeones de todo.
En este Europeo hemos comprobado que no hay razones para la inquietud porque la semilla ha germinado. Se marchará Busquets y nos encontraremos con Marcos Llorente. Se retirará Iniesta y vendrá Ceballos. Cambiarán las caras, pero el modelo seguirá vigente. El fútbol español se ha hecho grande al rebufo de los jugadores que nos quitaron el miedo. Para eso sirvió el gol de Fernando Torres en Viena hace nueve años y el de Iniesta contra Holanda después, para llegar a esta noche con la confianza de que, a poco que acompañe el viento, oleremos las flores de la primavera que viene.
