Y entre tanto, ayer se volvió a atropellar la ilusión por el cambio en el fútbol español. Villar y sus secuaces, con una pícara jugada en el voto por correo, que está impugnada, se aseguraron la mayoría absoluta en la Asamblea del lunes 22 de mayo para que le vuelvan a reelegir presidente otros cuatro años más, y lleva casi 30 y tiene casi 70, pero a su lado tiene a Padrón, con 80, toda una vida vivida a cuenta del fútbol, sin dar explicaciones, sin ponerse delante de la prensa, sin admitir preguntas, saliendo y entrando por las puertas traseras de los estamentos donde va para que nadie le vea ni le pregunte, como si fuese un delincuente en búsqueda y captura.
Le han denunciado por gastarse la subvención de más de un millón de euros que le dieron para Haití cuando sufrió el terremoto….y como le pillaron dijo: Pues lo devuelvo y abrió la caja de la Federación y lo devolvió con intereses, pero ahí sigue, con toda la banda preparada para reelegirle otros cuatro años más.
El asunto me repugna tanto como me aburre, me parece caricaturesco ver a su hijo dirigiendo su campaña después de venirse de Sudamérica al galope, cuando el FBI ha encarcelado a sus amigos, pero aquí estamos tan curados de espanto que nada nos espanta, pero es curioso que cualquier político pueda ir a la cárcel, lo que garantiza la salud de nuestra democracia y de nuestra justicia, que no de nuestra sociedad. Sin embargo, al fútbol, con todo lo que mueve, con todo lo que influye, y si te pillan, lo devuelves y ya está….y te vuelven a elegir.