Leí ayer un artículo de Carlos Otto, el periodista que destapó el despropósito del aeropuerto en Ciudad Real, sobre las encuestas en torno a nuestro comportamiento durante todo el encierro y la pandemia. Casi todos nos ponemos como ejemplo y culpamos de irresponsables a los demás. Y pensé en esos futbolistas del Sevilla reunidos en una comida con sus distinguidas esposas, en una reunión de cuanto menos 12 personas, que salían en la foto, que una de las señoras publicó en su Instagram, supongo que sin conocer el alcance de la irresponsabilidad de reunirse en un grupo así, pero además publicarlo, no sé si por estupidez, ignorancia, vanidad o porque el vivir en esa burbuja que proporciona el éxito de su marido futbolista, le hace sentirse por encima del bien y del mal.
Observo que en esa foto, prueba de estar vulnerando las normas sanitarias del momento, no hay ningún futbolista español, quizá porque conocen más el terreno que pisan, la situación que vive su país y sus familias aquí, y también las consecuencias. Porque la Liga de Fútbol Profesional que pretende Tebas reiniciar el jueves 11 de junio a las 22.00 de la noche con el Sevilla-Betis lleva midiendo sus protocolos y pasos metro a metro y su Presidente, Javier Tebas anoche, volvió a referirse a ello y a criticar la estupidez de estos futbolistas, que han tenido la posibilidad de pasar los test que no había para todas las profesiones, y la protección mimosa para su regreso a su trabajo o juego…
Esos futbolistas cuando conocieron el revuelo de indignación que había causado en las redes, todos enviaron cartas de arrepentimiento y disculpas y la promesa de que no volverá a ocurrir. Así sea. Y posiblemente así será esta vez, pero en la próxima no estoy tan seguro. La estupidez siempre rebrota.