Me ha quedado la sensación este fin de semana que el Madrid ha despertado de un letargo somnoliento que arrastraba hasta que el peligro inminente de verse fuera de la Champions lo despertó sobre saltado y le ha puesto en fase de todo conectado, porque desde su victoria en Sevilla, ha salvado tres ocasiones tan difíciles como decisivas, y lo ha hecho con nota.
Lo del Atleti no fue una siesta, fue puro temor al riesgo, y Simeone optó por volver a sus viejas trincheras y ahí aguantó toda la primera parte y el Madrid se llenó de confianza porque el miedo del rival es lo que despierta siempre la valentía del contrario. Y el Madrid le pasó por encima.
Despierta también el Barça, aunque lo hace con resaca, pesa mucho la borrachera de rumores del verano sobre Messi y las incongruencias del presidente de la gestora diciendo que habría sido mejor vender a Messi este año, cuando en partidos como el de anoche contra el Levante, es Messi quien resuelve el problema, y tampoco huele bien ese clima en el que Koeman busca chivatos entre los futbolistas canteranos como Riqui Puig, porque son los que al final se tendrán que quedar a construir un nuevo equipo, y como psicólogo no parece que Koeman sea el mejor.
Este medio día, a las doce, sorteo de la Champions y después el de la Europa Liga. La suerte es tener a los cuatro equipos españoles de Champions y a los tres de la Europa Liga, en los bombos. La preocupación es que en el bombo de los segundos tenemos a todos, menos al Madrid y al Villarreal. Lo normal es que los rivales que nos toquen sean favoritos en las apuestas.