Pero las elecciones aún no se han convocado. Casillas tiene que comenzar ahora a moverse entre los 23.000 posibles votantes de los que suelen votar poco más de 1.500 que elegirán a 139 que son los que eligen al presidente, y siempre pastoreados cuando no manipulados por los presidentes de las territoriales, que comen de la mano de Rubiales, porque ya se encarga él de echarles el pienso.
Y como Rubiales ya les ha echado el pienso, necesita que las elecciones sean cuanto antes, en lo que le rumian el pienso. Porque si son después de los Juegos Olímpicos como manda la legislación vigente, a Casillas le daría tiempo de aquí a septiembre a moverse y hacer una campaña que le llevara a la presidencia. Seguro.
Si fuesen unas elecciones limpias, entre toda la gente del fútbol: árbitros, jugadores, entrenadores, directivos, clubs….Casillas barría a Rubiales. Pero como de esos 23.000 votarán 1.500, y esos 1.500 elegirán a 139, y esos 139 elegirán al presidente, es imposible que Casillas, si el CSD no obliga a Rubiales a convocar las elecciones para después de los Juegos Olímpicos, como marca la normativa vigente, pueda ganar las elecciones. ¿Qué hará la nueva presidente del CSD Irene Lozano? Pues pensárselo, porque Rubiales hace correr el rumor de que tiene mucha mano en Moncloa, y el TAS ha enviado un informe al CSD aconsejando cumplir la normativa del calendario. Rubiales lo ha recurrido, y la Secretaria de estado para el deporte, Irene Lozano, continúa pensándolo. Y el mundo del fútbol de este país esperando….sobre todo si es cierto que el Rubi tiene tanta influencia en Moncloa como para que le cambien la normativa electoral.
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