Zidane contestó y aceptó la nueva oferta de Florentino Pérez. Acepta el riesgo, pero con red, porque el presidente le ha garantizado construir un equipo de garantías y Zidane decidirá qué le sobra en estas once jornadas que faltan hasta el final de temporada, y que tanto preocupaban al presidente del Real Madrid, porque con los fuegos que Solari tenía encendidos en ese vestuario, el riesgo era que el vestuario terminase totalmente incendiado.
Y a Solari lo cesan. Se va, aunque quizá opte por volver a secciones inferiores, pero Solari deja ese banquillo tan mediático, sin dejar un sentimiento de pena en casi nadie. Ha sido tan educado como frío y distante con todos. Correcto con todos, entrañable con ninguno, posiblemente tampoco con sus jugadores, y eso le ha dejado aislado.
Zidane creo que acierta haciéndose cargo ya del equipo para conocer directamente actitudes y sentimientos, y saber qué le sobra y qué le falta, sin tener que guiarse por lo que oiga o le cuenten a final de temporada cuando los jugadores estarían de vacaciones. Ahora va a tener tiempo para comprobar cómo está ese equipo por dentro y margen mayor para iniciar negociaciones con los posibles fichajes.
Y entre tanto, el Atleti, bajo la sombra del regreso de Zidane, regresa al escenario de la Champions para jugarse su clasificación a cuartos de final esta noche frente a la Juventus. Con una ventaja de dos goles y sin haber recibido ninguno, el escenario ideal para un equipo de contraataque entrenado por Simeone, pero es la Juve, es el fútbol italiano, escenarios apasionados que presionan, arbitrajes siempre condicionados, pero esta vez existe el VAR, y al menos muy descarada no puede ser la encerrona. Ese VAR tan discutido tantas veces, es el ángel de la guarda esta noche para el Atleti.
