La conciencia medioambiental está cambiando a mejor, pero no con la suficiente intensidad, ni velocidad. En la actualidad nos preocupan muchos más problemas en comparación a hace un par de décadas. Las islas de plásticos en los mares, los pesticidas en la agricultura y la ganadería intensiva, la capa de ozono, la deforestación y la pérdida de la biodiversidad, son factores que afectan día a día a la salud mundial y año tras año los recursos se agotan con más rapidez de la que se restauran en nuestro planeta.
María Neira nos cuenta que lo más grave de esta situación es que se decida que queremos seguir haciéndolo así, refiriéndose al modelo social y económico en el que vivimos. "Esta contaminación no nos aporta nada, nos está matando y no de forma retórica. Es el momento de dar un golpe de timón.", añade que una de las consecuencias de la contaminación en el aire en Europa son 400 mil muertes anuales por la exposición. Poner freno a esta contaminación no solo traería consecuencias positivas para la salud, también en sociedad, bienestar y en economía.
La directora del departamento de salud pública y medio ambiente de la Organización Mundial de la Salud, argumenta que la OMS lleva años creando estándares para mejorar la calidad del aire, pero para ella"se necesita más ambición y dureza en las restricciones". China es uno de los países más contaminados, pero para ellos reducir este problema es la prioridad máxima en su política.
Concluye que los mejores modelos, los más avanzados, son los escandinavos. En ciudades como Oslo tienen prevenciones muy modernas para combatir con la polución y su economía no ha disminuido, por eso dice que no es excusa, está demostrado que tener un buen modelo ecológico no afecta negativamente a la economía.