El presidente Sánchez explicó ayer en su discurso inaugural de los 50 años en libertad que todos los países democráticos que sufrieron dictaduras tienen un hito del fin del autoritarismo. Otros países tienen el día de la liberación, nosotros el día de la flebitis. Bueno, él no lo explicó así.
Comparar el día de en que Arias Navarro anuncia apesadumbrado ‘Franco ha muerto’ con el 26 de agosto del 45, el día en el que De Gaulle desfila triunfal en la avenida de los Campos Elíseos… No sé, presidente. Aquí en noviembre del 75 los que desfilaban eran las decenas de miles de personas para postrarse ante el féretro de Franco en el Palacio Real, entre reverencias, sollozos y vivas al Caudillo.
En 1975 murió Franco, pero el franquismo no. Lo que mata al régimen franquista son las primeras elecciones democráticas y, sobre todo, la Constitución. ¿No sería mejor el 78 como 50 aniversario de España en libertad? Podía poner a ese comité de expertos a prepararlo ya con tiempo y consenso.
Más dudas. ¿Cuál será el día grande de estos 100 actos? ¿El 20N? El día que se cumplen 50 años de la muerte de Franco, ¿es ese el gran día de la liberación? Va a ser un lío entonces. Porque el 20N siempre es el día que los nostálgicos del franquismo se juntan a echarle de menos.
Dijo Sánchez ayer que no hace falta ser de izquierdas ni de centro ni de derechas para mirar con tristeza y terror el franquismo. Y tiene razón. Tampoco hacía falta ser de derechas ni de izquierdas para no asistir al acto de presentación de estos 50 años de la muerte de Franco. Porque no fueron ni PP ni Podemos ni Junts, ni Bildu, ni BNG ni Coalición Canaria. ERV y PNV mandaron un diputado y una senadora del montón. Tampoco fue Vox, claro, que es el partido que tiene diputados en el Congreso diciendo que el franquismo no fue una etapa oscura, sino de progreso y reconciliación. Mira, estos a los actos del 20N a lo mejor sí que se suman.
¿Moraleja?
Los 50 años de libertad se cumplen con la constitucionalidad.