Pues había manta. Vaya si la había. La hay. Ahora habrá que ver cuánto de verdad esconde. Porque Víctor de Aldama salpicó tanto ayer al Gobierno (y al PSOE) en su declaración ante el juez que le tomaba declaración que lo ha dejado todo perdido. No sabemos cuántas pruebas tiene de lo que ha dicho, pero promete aportarlas. No sabemos cuánto es mentira, fantasía o verdad. Lo que sí sabemos es que el propio Víctor de Aldama se declara culpable de varias delitos en su declaración. La UCO le pilló y ya no lo niega.
Ya sabemos que hay un corruptor. Falta por saber cuántos corrompidos hay. Pero algo de cierto tiene que haber porque no parece que tenga mucho sentido que un acusado se autoinculpe de delitos que no ha competido para empeorar su futuro judicial.
La implicación del ministro Ábalos y su asesor Koldo no sorprenden demasiado, pero es que Aldama también implica en los cobros a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, como dando a entender una presunta trama de financiación ilegal. También le habló al juez de la ministra María Jesús Montero y al ministro Ángel Víctor Torres. Mencionó también a Teresa Ribera, a la exministra Nadia Calviño y a la mujer del presidente, Begoña Gómez. No se libra Marlaska, de quien Aldama dice que lo sabía todo de los tejemanejes de la visita de Delcy Rodríguez.
La peor parte se la lleva Ábalos, claro. Aldama no solo ha confirmado lo que ya descubrió la UCO: que le pagaba el chalet de Cádiz a la pareja del ex ministro Ábalos. También ha detallado entregas en efectivo de cientos de miles de euros. Entregas con las que Aldama se incrimina a sí mismo. ‘¡No soy el Banco de España!’ Dice que les dijo.
El presidente Sánchez cargó ayer contra Aldama, ‘personaje’ lo llamó, dice que es un delincuente. Claro. Si eso no lo pone en duda ya ni el propio Aldama. Pero para que haya un corruptor de políticos hacen falta políticos corruptos.
¿Moraleja?
Aldama escondía corrupción bajo la manta, falta por saber cuánta.