De la primera sesión del debate de investidura se pueden hacer tres crónicas. Podríamos analizar las explicaciones, mejor dicho, la falta de ellas, que hizo el candidato Sánchez sobre la amnistía. Casi una hora y media estuvo hablando sin mencionarla. No hacía falta. Porque la idea era la misma. Lo mismo para Trump y Milei, que para tener mejores trenes en Extremadura, lo mismo para la cuarta revolución industrial que para la crisis climática.
Sánchez vino a decir que nadie como él en el planeta Tierra para salvarnos de todos los males. Ya no es amnistía o Vox, escuchando a Sánchez la duda es más sencilla todavía. ¿Qué prefieres, el bien o el mal? Así de simple. El que quiera matices o, qué sé yo, explicaciones, ya puede ir cambiando de expectativas que es más fácil que cambiar de país.
Los que quieren cambiar de país, pero llevándose un trozo, en eso están, son los de Junts. Ayer Miriam Nogueras le afeó a Sánchez lo poco claro que había sido con sus compromisos con la amnistía. Y le recordó que la legislatura depende de que vayan dándoles a los independentistas, punto por punto, lo que le pidan. Esta es otra crónica posible. La de las consecuencias de lo que estamos viviendo hoy aquí y la de que por mucho que se empeñe el que hoy será investido presidente en ignorar la amnistía, ya se encargaran sus socios de recordarle lo pactado.
Y luego está la otra crónica, la que más circula desde ayer. La de los chascarrillos. Feijóo confundiendo Machado con Ismael Serrano o Sánchez perdiendo las formas en la tribuna riéndose de él a carcajadas. También hay un meme con Ayuso en la tribuna del Congreso que pone ‘hijo de fruta’. La presidenta de la comunidad de Madrid insultó a Sánchez desde la tribuna llamándole algo parecido y se ha hecho viral. Que ya es mala suerte para Feijóo. Currarse un tocho de folios de réplicas a Sánchez y que luego sea lo de Machado y ese susurro de Ayuso lo que se hace viral. No dice mucho del nivel del debate en el Congreso. Bueno, sí, lo dice todo.
¿Moraleja?
Esto es lo que hay en los escaños, tenemos para cuatro años.
