LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Cómo no va a preocupar el futuro de la OTAN, mientras en Kiev las bombas explotan"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre el aniversario de los 75 años de la OTAN al que Biden, Scholz y Macron llegan muy debilitados políticamente.

Marta García Aller

Madrid | 10.07.2024 07:23

A quién no le ha resultado inoportuna su fiesta de cumpleaños. Es lo malo de tener una fecha fija, que no sabes si para cuando llegue vas a tener mucho trabajo o se habrá puesto malo un niño. O el abuelo.

Pues así está la OTAN. De fiesta de cumpleaños inoportuna. Cuando Estados Unidos planeó celebrar el 75 aniversario de la OTAN en Washington pretendía ser una muestra de la fuerza de la Alianza Atlántica frente a Putin y China.

Y, sin embargo, la fiesta ha llegado en un momento inoportuno, especialmente para el anfitrión. Quién se iba a imaginar que una de las mayores inquietudes en la celebración del 75 cumpleaños de la Alianza Atlántica iba a ser ver cómo Biden leía del teleprompter. El arma más útil del momento para el presidente de Estados Unidos, cuya candidatura aún no se ha repuesto de las dudas que generó en su desastroso debate de la semana pasada.

A veces en las fiestas de cumpleaños hay ausencias que nunca dejan de ser incómodas. Cómo olvidarse de Trump. Cómo ignorar la amenaza para la OTAN y para Europa que sería tener de vuelta como presidente de EEUU al hombre que dijo, literalmente, que dejaría que los rusos hicieran "lo que diablos quisieran" a cualquier país miembro que no contribuyera lo suficiente y que ha insinuado que abandonaría Ucrania a su suerte.

Así que la fiesta de la OTAN que se pensó para celebrar por todo lo alto su 75 cumpleaños, a ratos tenía pinta de última cena. No solo Biden la continuidad está en cuestión. También Scholz y Macron llegan débiles. Pero lo más inquietante de todo no era lo que pasaba en Washington sino en Kiev: mientras los líderes de la OTAN prometían más apoyo a Zelenski, en Ucrania buscaban víctimas entre los escombros después de que un misil ruso destruyera un hospital infantil lleno de niños con cáncer.

¿Moraleja?

Cómo no va a preocupar el futuro de la OTAN, mientras en Kiev las bombas explotan.