Nada más publicar un libro, los autores suelen irse a Amazon de vez en cuando, incluso muy a menudo, depende de lo obsesivo que sea cada uno, para ver cómo van las ventas. Si el presidente del Gobierno hiciera como los demás autores, como los que suelen escribir sus libros, y se asomara a ver cómo van las ventas online de su libro se llevaría una alegría y un disgusto.
La alegría es que ‘Tierra Firme’ ya está entre los más vendidos del país. El disgusto son los comentarios que aparecen, las reseñas. Son malas. Sospechosamente malas. Tantas y tan malas que no es creíble que a tanta gente le haya dado tiempo a leerlo.
Ante la avalancha de reseñas negativas, la web ha cerrado los comentarios al libro del presidente. Es una medida excepcional que Amazon hace solo cuando detecta que las reseñas no están escritas por compradores reales, sino con ánimo de desprestigio ajeno al producto. Es lo que se conoce como un troleo.
Es de suponer que el presidente está acostumbrado a que lo critiquen. Y que tiene cosas más importantes que hacer que leer comentarios. Aunque sí sabemos que está al tanto de lo que se dice de él en redes cuando es positivo. Le gustan sobre todo los ‘memes’. ‘Las memes’. Lo dijo así, en femenino, varias veces en la presentación del libro. Como Rajoy hablaba de ‘los chuches’, Sánchez dice ‘las memes’.
Venga a hacerse el moderno en campaña yendo a ‘La Pija y la Quinqui’ y ahora resulta que dice ‘las memes’. Resulta revelador porque desvela lo aislado que vive el presidente de cómo se habla en el mundo real, es decir, fuera de Moncloa. Y, sobre todo, de lo poco que la gente que tiene a su lado se atreve a corregirle los errores. ¿De verdad nadie a su alrededor se ha atrevido a avisar antes al presidente de que no se dice ‘las memes’? Da que pensar. De cuántos errores más no le estarán advirtiendo.
¿Moraleja?
A veces pequeños errores son de lo más reveladores.
