LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Cuando hasta un corte de pelo molesta, la diversidad todavía cuesta"

Marta García Aller reflexiona sobre la última polémica que ha surgido en Francia porque la ganadora de Miss 2024 es una joven con el pelo corto.

Marta García Aller

Madrid | 21.12.2023 07:42

A punto está de acabarse el año, pero siempre hay tiempo de una polémica más. Una especialmente absurda. Podríamos hacer un resumen del año de polémica en polémica. Pocas cosas más reveladoras de una sociedad que aquello que la escandaliza. Esta vez es en Francia y en el mundo de la moda. Echémosle un ojo porque es un país acostumbrado a exportar tendencias.

Resulta que Francia ya tiene nueva reina de la belleza, Miss 2024. Una mujer bellísima de 20 años que se llama Eve Gilles. ¿Y dónde está la polémica? Y es la primera ganadora en 103 años de historia de este concurso de belleza…¡con el pelo corto! Y eso ha generado malestar. Muchos creen que Miss Francia no se parece en nada a Miss Francia, que su look no respeta los valores tradicionales. Y están indignados porque les quieren inculcar la diversidad y “los valores wokistas en la sociedad".

Ahora resulta que llevar el pelo cortito es un desafío woke. Pardon? ¿Llevar el pelo corto desafío? ¿En Francia? ¿Qué va a ser lo próximo, mujeres atreviéndose a llevar pantalones? Hombre, en tiempos de Coco Channel y Josephine Baker todavía podía sonar transgresor un look andrógino.

¿Pero de verdad estamos a punto de estrenar 2024 con una polémica en la capital de la moda porque una mujer gana un concurso de belleza con el pelo corto? Estamos creando guerras culturales por encima de nuestras posibilidades. Y si indigna un pelo corto por ser demasiada diversidad, de la ley de inmigración ni hablamos, claro.

No deja de ser revelador del momento que vivimos. Este año tuvimos otra polémica lamentable en España con Miss Universo cuando Miss Murcia empezó a recibir ataques racistas porque a muchos su color de piel no le parecía suficientemente español.

Al final va a ser útil que sigan existiendo estos concursos de belleza, que no dejan de ser un invento muy del siglo XX, para ver desfilar en la pasarela no ya la belleza, sino los prejuicios de quienes las critican. Dan ganas de ir corriendo a la peluquería.

¿Moraleja?

Cuando hasta un corte de pelo molesta, la diversidad todavía cuesta.