Tan acostumbrados estamos a las malas noticias que casi no le dejamos sitio a las buenas. Y que España de pronto sea la envidia de las economías avanzadas es tan sorprendente que cuesta creerlo,pero debemosdestacarlo. Lo dice el Economist en su ránking de datos macro. Y, oye, que el Economist diga que España es la mejor economía avanzada de 2024 es para celebrarlo, como celebran también Portugal, Italia y Grecia que las economías del sur de Europa estén en lo alto del podio, muy por delante de Alemania, Francia y Gran Bretaña.
No solo The Economist destaca lo mucho que ha mejorado España en cinco indicadores: PIB, inflación, bolsa, desempleo y déficit. También lo dice la OCDE y la Comisión Europea. Pero es el Economist el medio que citó ayer varias veces Sánchez triunfante en la sesión de control, para terminar celebrando que “España vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas”. No escatimó en triunfalismo económico el presidente.
Claro, que sí tomamos al Economist como referencia para celebrar que la economía va bien, entonces también habría que darle crédito cuando hace apenas dos meses describía al presidente español como un “estratega astuto y despiadado” que “se aferra al cargo a costa de la democracia española”. Eso decía The Economist de Sánchez en octubre. Esa semana desde Moncloa no enviaron a los periodistas una traducción del artículo para que nos hiciéramos eco. Ni recordó el presidente en sede parlamentaria lo prestigioso que es este semanario cuando alertaba del peligro de sus pactos para la cohesión territorial.
Pero habiendo tantas cosas que van mal, bien está celebrar lo que va bien. Claro, que al Parlamento sería bueno ir también a dar explicaciones y no solo a presumir. Por ejemplo, explicaciones de cómo sacar a España de la cabeza de otros rankings que España también encabeza. Somos los primeros en pobreza infantil de toda la Unión Europea y donde los jóvenes lo tienen más difícil para acceder a una vivienda. Eso también es economía, presidente.
¿Moraleja?
Cuidado con mostrarse tan triunfal, con tanta gente pasándolo mal.