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Marta García Aller: "Culpar de todo a los bulos parece una estrategia de disimulo"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre el problema de la desinformación en Estados Unidos, que se suma al apoyo explícito de Elon Musk para que gane las elecciones Trump.

Marta García Aller

Madrid | 18.07.2024 07:41

Ya que el debate en España está sorprendentemente centrado en los medios y la desinformación, hoy me he venido hasta Texas. Qué mejor mejor sitio para hablar de desinformación, ahora que es aquí donde Elon Musk, el dueño de Twitter, acaba de anunciar que va a trasladar la sede de X o como se llame ahora. Así que Texas está a punto de convertirse en uno de los centros neurálgicos de la desinformación y los algoritmos que más polarizan del planeta.

Elon Musk controla el algoritmo de Twitter, su dinero le costó, y minutos después de los disparos a Trump anunció que apoyaba su campaña. Es también amigo de Vence, recién elegido por Trump como su futuro vicepresidente. Vence tiene muchos amigos en Silicon Valley que están encantados con que Trump vaya el favorito en las encuestas. También los cryptobros están de enhorabuena. Cuando Trump sube en las encuestas, sube bitcoin. Y ha pasado de que le cerraran la cuenta de Twitter por alentar el asalto al Capitolio a ser el nuevo mejor amigo de su dueño.

Anda que no le ha gustado siempre a Trump culpar a los medios de todos sus males. A qué me recordará esto. Pero mucho antes de que Musk le ayudara con ataques directísimos contra los medios, las redes ya influían cada vez más. Porque el peligro no es que una web desconocida que leen 4 gatos se invente noticias, sino que luego en plataformas como Twitter se hagan virales. ¿Y quién tiene uno de los botones de lo que se hace viral? Un multimillonario que reconoce abiertamente hacer todo lo posible desde su plataforma porque gane Trump. En Estados Unidos, el debate de la desinformación ya está en otra liga.

De todos modos, el mayor peligro para la desinformación, lo mismo en Texas que en España, no son los medios, ni las tecnológicas. Según Rasmus Nielsen, el director del instituto Reuters, los mayores diseminadores de desinformación son precisamente los políticos. Y la desinformación que viene de arriba es la más peligrosa.

¿Moraleja?

Culpar de todo a los bulos parece una estrategia de disimulo.