La democracia está en peligro. Lo advierte así nada menos que el presidente de Estados Unidos una semana antes de las elecciones de mitad de mandato. Tiene razón Joe Biden en estar preocupado, porque cada vez son más los candidatos republicanos que aspiran a cargos como el de gobernador, fiscal general o senadores, que están declarando abiertamente que no reconocerán el resultado de las elecciones si no ganan. Hay estados como el de Arizona en el que los cuatro candidatos republicanos a un cargo estatal son negacionistas, ahora le dicen así, negacionistas de las elecciones.
Han pasado casi dos años de que Trump lanzara aquella campaña de subversión electoral sin precedentes, negándose a reconocer la victoria de Biden y desacreditando el proceso electoral. Aquello no culminó con la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de EE. UU., aquello está culminando ahora, porque las dudas que sembró sobre la integridad del proceso electoral que están desacreditando la democracia más influyente del mundo.
Tiene razón Joe Biden en estar preocupado, la cuestión es cómo de preocupados por esto están realmente los estadounidenses y si convertirlo en un argumento electoral ayuda o empeora el problema porque genera aún más divisiones. Sobre todo teniendo en cuenta que la popularidad de Biden está bajo mínimos y hasta los candidatos demócrratas se quieren distanciar de él.
Según una encuesta del New York Times, más de un tercio de los votantes independientes e incluso el 12 por ciento de los demócratas están abiertos a apoyar a los candidatos que rechazan la legitimidad de las elecciones de 2020. No votan pensando en el futuro de la democracia ni los que temen por ella. Es mucho más probable que los votantes identifiquen como sus prioridades la inflación y la economía o el derecho al aborto.
En realidad, de lo poco que están de acuerdo demócratas y republicanos es que la democracia está en peligro en Estados Unidos. Pero demócratas y moderados ven a Trump como el peligro y los partidarios de Trump dicen que el verdadero peligro es Biden. Es lo que tiene la polarización.
¿Moraleja?
La mayoría esté de acuerdo en el riesgo que corre la democracia, pero lo más preocupante es que no lo consideren una desgracia.