Es momento de hacer balance de las noticias del año, pero también de las que dejaron de serlo. A punto está de acabarse 2023 y este año pasará entre otras cosas por ser el año que dejamos de hablar de la pandemia. Teóricamente son 365 días en un año, pero 2023 hace dudar, parece que hayan pasado muchos más desde que llevar mascarilla en el transporte público y en farmacias todavía era obligatorio.
La mejor prueba de lo lejos que nos resulta el Covid es que la OMS acaba de avisar de que han surgido nuevas variantes que están aumentando rápidamente y no les estamos haciendo mucho caso.
Una de las variantes de interés es heredera de la Omicron y ya se ha extendido por toda Europa. Se llama JN.1, también está XBB.1.5- + F456L, seguida de BA.2.86. Que todavía no tengan nombres muy pronunciables es buena señal. ‘Pirola’ es la única de esas variantes que de momento tiene apodo. Mejor no nos aprendamos el nombre, porque en cuanto empezamos a tutear una variante es que algo pasa.
De hecho, el número de personas hospitalizadas con Covid (pero no necesariamente por Covid) ha aumentado un 20% en una semana en algunas zona de España. Y se espera un aumento de infecciones este invierno, pero no parece que vayan a ser contagios más graves que las últimas variantes. En parte por la protección que ofrecen los vacunas.
Qué raro se hace volver a hablar de Omicron, infecciones, variantes, vacunas… Parece que fuera hace un siglo que estas palabras llenaban los informativos. Y, sin embargo, aunque alrededor tengamos gente enfermando de nuevo, apenas hablamos ya de ello. Ni nos acordamos.
Y anda que no fue duro el Covid en Navidad. Cuando nos prohibimos los besos y los abrazos o solo podíamos juntarnos con allegados. Hubo una Navidad que ni eso. Preferimos olvidarlo. Al final era cierto que nos acostumbraríamos a vivir con el Covid entre nosotros. Es uno más. Otro invitado incómodo en Navidad al que es mejor tener lejos.
¿Moraleja?
Hablar de Covid se nos hace extraño, qué bien que dejara de ser noticia este año.
