Lorenza estaba en la peluquería, Eugenio en su casa y Francisco en el garaje. Y ninguno consiguió sobrevivir al agua torrencial del 29 de octubre. Sus historias están entre las casi mil páginas llenas de angustia, dolor e impotencia que ha ido juntando la jueza de Catarroja en el sumario que investiga si los centenares de muertes de la riada pudieron evitarse en Benetússer, en Catarroja, en Massanassa, en Torrent…
¿Y sabes qué hay por todas partes en el sumario? Además de muchísima angustia y fatalidad. Hay horas. Muchísimas horas. Las que recuerdan víctimas, testigos y familiares de los fallecidos, que cuentan a la jueza dónde estaban cuando llegó la riada. Hay horas por todas partes.
Eugenio bajó al garaje a las 20h; a las 18.30 el padre de Izan y Rubén vio cómo el agua se llevaba la pared de su casa y a sus dos hijos; a las 19.40 los padres de Hui Sun cuentan que el agua empezó a subir mucho y a entrar en el bar en el que trabajaban, a las 20 de la tarde unos vecinos les tendieron una escalera. En el sumario consta otra hora, las 17h de la tarde del día siguiente, cuando apareció el cuerpo de la niña cerca del Leroy Merlin de Massanassa.
Un anciano de Torrent llamó a su hijo para decirle que estaba entrando agua en su casa. Eran las 15.30. Otro cuenta que a su hermana le pilló en la calle, se agarraba como podía a las rejas de las plantas bajas. A las 18.15 ya no respondía al teléfono. Otro llamó a su padre para avisarle de las inundaciones. Había cuatro dedos de agua ya entrando en casa del anciano y de pronto se cortó la comunicación. Eran las 19.10.
Todos recuerdan bien las horas más terribles de ese día. Menos Carlos Mazón. El president ha tardado cuatro meses en acordarse de la hora exacta a la que llegó a la reunión de emergencias. ¿Sabes a qué hora llegó? Igual que la alerta. Tarde y mal.
¿Moraleja?
No hay excusa para tanta demora, en acordarse de esa hora.