Trece años ha tardado el Constitucional en avalar la ley del aborto vigente desde 2010. Trece años en rechazar el recurso de inconstitucionalidad que el PP presentó hace 13 años. Trece años en normalizar algo que la sociedad española, igual que la europea, había normalizado hace ya mucho: una ley de plazos para que las mujeres puedan decidir si interrumpir su embarazo. Trece años han tardado los magistrados y en realidad en cuanto se han puesto han resuelto en dos semanas. Trece años es mucho tiempo. Casi cinco mil días de retraso para los que el tribunal no ha dado ninguna explicación.
El que sí ha dado una explicación pública ha sido Feijóo, líder del partido que recurrió esa misma ley al Constitucional. El que no es el mismo es el PP. Feijóo defiende ahora, ahora que el Constitucional rechaza el recurso, que la ley de plazos es “correcta”. Ya había dado a entender en enero que aceptaba la ley vigente, a diferencia de lo que decía su predecesor, Pablo Casado, que cuando estaba al frente del PP seguía negando lo que ahora el Constitucional por fin reconoce, que el aborto es un derecho.
No sé si Feijóo lo hace por oportunismo o por convicción, pero es buena noticia que el líder del PP salga por fin a hablar claramente del aborto y rectifique. Se rectifica poco en la política española y menos aún públicamente. Es buena noticia porque en eso consiste también la política, en cambiar de posición. Para algo ha servido ese retraso de 13 años del Tribunal Constitucional. Para esperar a que el PP pase de organizar manifestaciones masivas contra el aborto a normalizar lo que ya hace mucho que era normal.
El aborto sigue siendo un asunto que divide a la derecha, porque sigue habiendo quienes quieren que lo que es pecado siga siendo delito. Pero que pese a las divisiones internas el PP haya dejado de esquivar el debate y rectifique su posición, que el PP reconozca la ley de plazos es un avance.
El aborto seguirá siendo pecado. Hay muchos derechos que lo siguen siendo. Pero lo importante es que es un derecho que por fin la derecha reconoce.
¿Moraleja?
Ya era hora de que fuera oficial, el derecho al aborto es constitucional.