Mazón todavía va esperar dos días más para duplicarnos sus errores y hacer autocrítica en diferido de la gestión de la catástrofe que ha hecho la Generalitat valenciana. Bueno, a ver, lo que tiene pinta que hará el jueves es hacérsela a los demás. ¿Pedirá perdón por llegar tarde a una reunión de emergencias que se había convocado tarde? ¿Y por tantos otros errores en la prevención, en la reacción y en la gestión de la dana cometidos por la Generalitat? ¿O se las echará a su equipo y cargará contra Moncloa y su responsabilidad?
Es difícil no ver la incompetencia de Mazón. Tan difícil de no ver su incompetencia en la gestión de la dana como encontrar alguien que le ruegue que se quede, que no dimita. Pero tantos errores no tapan otras responsabilidades. Es tan obvia la incompetencia de Mazón, tan claro que no estaba preparado para gestionar una tragedia de esta magnitud, que deja mal a Feijóo y muy especialmente a Sánchez. Porque el reparto de competencias autonómicas es más fácil de explicar para un presidente del Gobierno que el reparto de incompetencias. De una incompetencia tan manifiesta es imposible que pueda desentenderse el gobierno central. Cuanto más sabemos de la nefasta gestión de la dana de Mazón, más obvio se hace que Moncloa tenía que saber que Mazón no estaba a la altura. Que el Gobierno de España podía hacer más.
Y, si tan obvio es que el presidente de la comunidad autónoma está haciendo un mal trabajo, ¿qué hace el presidente del Gobierno que no toma el mando al verlo desbordado? ¿De verdad cree que simplemente ofreciendo más recursos va a arregla las cosas?
¿Y al líder de su partido? ¿En qué situación deja a Feijóo para pedir dimisiones al Gobierno tener en su partido alguien como Mazón? Si Moncloa quería distraer la responsabilidad del Gobierno culpando a Mazón de todos los errores está calculando mal, porque cuando más obvia es la incompetencia de uno, más evidente se hace la inacción del otro.
¿Moraleja?
La incompetencia de Mazón es indiscutible, la responsabilidad de Sánchez ineludible.