A las inundaciones devastadoras de la Dana le siguen ahora riadas de bulos que además de mentiras traen más confusión. Hay circulando por Telegram y Whatsapp audios de supuestas concejalas que no existen que dicen haber encontrado muertos donde no los hay, de falsos agentes de la UME que han visto cosas que supuestamente los medios no te contaremos e influencers en TikTok e instagram que esparcen todos esos bulos a sus millones de seguidores sin contrastar nada pero ganando más followers.
Hay agitadores profesionales de las redes, que saben que subiendo videos de la tragedia, sean veraces o no, conseguirán atención, que es de lo que viven. Mezclan proclamas políticas con lo último en videojuegos o cuidado facial, se graban
limpiando las calles de los pueblos afectados y acusando sin pruebas a las autoridades de estar ocultando muertos como si más de 200 fallecidos fueran pocos.
Está siendo víctima de los bulos hasta la propia Cruz Roja. También Cáritas. Hay post compartidos miles de veces en los que acusan falsamente a la Cruz Roja de no estar ayudando en la Dana. La acusan de ayuda a Gaza y atender a inmigrantes pero no a los valencianos. Hay cerca de 1700 voluntarios de Cruz Roja en las calles valencianas ayudando desde el primer día de la Dana. En las primeras 48 horas acogieron a medio millar de personas y dieron miles de comidas.
A lo mejor no se hacen tantas fotos como los influencers cuando salen a ayudar porque están trabajando, no ganando followers. Por cierto, que desde Cruz Roja explican que en caso de emergencias son más prácticas las donaciones de dinero porque les permiten comprar exactamente los productos que necesitan en el mercado más próximo a la tragedia para ayudar al comercio local afectado y reduce además los tiempos de entrega. Desde la Federación de Municipios y Provincias, en la que se organizan los ayuntamientos y diputaciones, también recomiendan canalizar así la porque estas organizaciones tienen más experiencia en este tipo de emergencias.
¿Moraleja?
Lo más peligroso de los bulos entre tanta calamidad, no es solo creerse mentiras sino dejar de creernos la verdad.