Si todo el año andamos pendientes de los precios de la cesta de la compra en Navidad mucho más. Lo bueno de la economía, y de las múltiples maneras de dar los datos que tenemos, es que podemos elegir si llevarnos un susto o un consuelo. A ver, la merluza y el besugo están más de un 20% más caros que el año pasado y muchos productos están en máximos históricos. Así encontrar alegrías es más difícil, pero lo podemos intentar.
Porque, en realidad, se está moderando la inflación. Y los alimentos están más baratos: el pescado es un 9% más barato y las frutas y verduras, un 7%. No más baratas que el año pasado, qué va, pero más baratas que en la media europea, según Eurostat. Bueno, y la carne, ojo con la carne, un 18% más barata que en países vecinos.
Total, la cesta de la compra que hay que ir llenando para Nochebuena es aquí un 6% más barata que en la eurozona. Parece una buena noticia, pero tiene un poco de trampa. Hace una década eran en España un 11% más baratos, casi el doble. Y también estamos por detrás en PIB per capita, pero bueno. Es Navidad.
Donde somos imbatibles, es sí, es en la hostelería. Ir de bares en España es casi un 20% más barato que en la eurozona. En parte porque aquí la hostelería paga menos impuestos, en parte por el esfuerzo en contener precios. Claro, que también los salarios que paga aquí la hostelería son mucho más bajos.
No sé si está funcionando esto de intentar dar buenas noticias antes de Navidad. Ni si será mucho consuelo pensar que si en vez de hacer la compra al lado de casa lo hiciéramos en Luxemburgo o fuéramos de bares por Finlandia nos saldría un 55% más caro. ¿Pero quién se va a ir a comprar los turrones en Luxemburgo o de tapas a Helsinki? Si allí ni tienen de esto. Mira, a lo mejor eso sí que consuela.
¿Moraleja?
Por más que se modere la inflación, en las compras navideñas nos meten un rejón.
