Cuando los líderes de las dos principales potencias y el hombre más rico del mundo se ponen de acuerdo para contarnos mentiras es más difícil, y más importante, insistir en los hechos. Vamos a recordar solo tres.
Ni Zelenski es un dictador, ni empezó la guerra ni es impopular. La guerra la inició Putin. Putin negó que fuera a invadir Ucrania hasta que una madrugada metió sus tanques a traición en el país vecino. En estos tres años, cientos de miles de ucranianos han muerto o están heridos. Millones han abandonado el país huyendo de las bombas.
Es mentira también que Zelenski se esté saltando la Constitución y que sea un dictador. La Constitución ucraniana prohíbe celebrar elecciones en tiempos de guerra. Y el país está bajo la ley marcial desde que Putin empezó la invasión. ¿Cómo van a votar en libertad si hay millones de ciudadanos fuera de sus casas y el país sufre bombardeos diarios? ¿Cómo van a ir a mítines ciudadanos que temen ser bombardeados? Apenas un 15% de ucranianos quiere elecciones. Encima el alto el fuego que negocian Washington con Moscú no ofrece garantías de seguridad.
Tampoco es verdad que Zelenski engañase a Estados Unidos para gastar 350.000 dólares en una guerra que no se podía ganar, como ayer dijo Trump. Washington ha enviado menos de la mitad de esa cantidad y Ucrania resiste la invasión rusa. Además, Europa lleva invertido en ayuda militar y humanitaria a Ucrania más de lo que ha gastado EEUU. Trump le pide ahora a Zelenski 500.000 millones, cinco veces más de lo invertido.
Otro dato, por si los datos todavía importaran: el apoyo de los ucranianos a Zelenski no es del 4% sino del 57%, según el Instituto de Sociología de Kiev. Por cierto, que si la tasa de aprobación de un presidente le parece tan relevante a Trump, el americano debería preocuparse por la suya. En un mes, la de Trump ha bajado al 45%, según Gallup. Está en mínimos para un presidente recién llegado.
¿Moraleja?
El orden mundial se descontrola, Putin y Trump cuentan las mismas trolas.
