Mucha gente ha aprovechado este puente para poner la decoración de Navidad. El árbol, el Belén… Pero donde este año no están poniendo la decoración navideña habitual es precisamente en Belén, que por estas fechas solía recibir muchos fieles y turistas que visitaban el lugar en el que según la Biblia nació Jesús, y la calle de la Estrella por donde llegaron los Reyes de Oriente.
En Belén, que está en Cisjordania, a 10 kilómetros de Jerusalén, han cancelado todas las celebraciones navideñas en apoyo a Gaza y los cristianos solo van a mantener las misas. Sin embargo, hay una iglesia luterana en Belén que sí ha puesto un nacimiento cerca del altar. Uno distinto al de todos los años. Este año ha colocado al niño Jesús sobre una cama de escombros. Es así como el reverendo Isaac quiere solidarizarse con los niños de Gaza y pide paz en Palestina.
“Si Cristo naciera hoy, nacería bajo los escombros y bajo los bombardeos”, le contaba el reverendo a Al Jazeera este fin de semana junto al belén en Belén. Dice que es el mensaje más poderoso que pueden mandar al mundo esta Navidad desde Tierra Santa.
Hace dos semanas, el reverendo envió una carta a Washington que pedía al presidente Biden, al Congreso y a los jefes de las iglesias estadounidenses a rechazar la injusticia y los bombardeos en Gaza donde están muriendo miles de niños inocentes. No creo que haya leído la carta, pero Anthony Blinken, el secretario de EEUU, aseguraba este fin de semana que su prioridad es que los civiles gazatíes estén protegidos y también pedía una paz duradera. Lo dice mientras Estados Unidos envía 14.000 proyectiles de tanque a Israel. Y acaba de oponerse al alto al fuego que el viernes proponía el secretario general de la ONU. Entre tanto, la OMS avisa que Gaza está en una situación de colapso total. A los bombardeos israelíes se le suman las enfermedades que se multiplican por la falta de agua, comida y medicamentos.
¿Moraleja?
Palestina va a pasar la Navidad entre escombros, mientras el mundo se encoge de hombros.