LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "La pandemia y la inflación son arriesgadas de comparar"

Marta García Aller reflexiona sobre el tono de Pedro Sánchez en el cara a cara contra Feijóo ayer en el Senado, donde prometió "doblegar la inflación como doblegamos la pandemia".

ondacero.es

Madrid | 19.10.2022 08:02

Como los niños que antes de pegarse en el recreo se quitaban las gafas para dejarlas a salvo de los golpes, ayer en el Senado Feijóo y Sanchez se dejaron el CGPJ fuera para no hacer cachitos en su duelo el pacto en ciernes.

Sánchez cambió el tono a uno más sosegado, presidencial incluso a ratos. Fue uno de sus aciertos. Aunque creen algunos de sus asesores que ponerse presidencial no le da votos, debe de ser que la agresividad contra Feijóo de hace un mes tampoco le funciona demasiado, porque ha cambiado por completo de estrategia. Ya no convirtió en protagonista de su discurso al líder de la oposición.

Sánchez intentó tranquilizar a los españoles (a Feijóo al menos no lo consiguió), diciendo que tenía un plan pero que todavía no nos lo va a contar entero. Enumeró las medidas que ya han tomado y anunció que habría más, ya veremos cuáles. Dijo que las irá dosificando, puede también que improvisando.

Sánchez no solo cambió el tono. También algo el mensaje. La palabra incertidumbre de pronto aparece mucho en su discurso. Y reconocer la incertidumbre es otro de los aciertos de Sánchez de ayer. Si no en los Presupuestos, por lo menos la reconoce de palabra.

Es más probable que reconociendo que las cosas no van bien conecte mejor con más del 70% de ciudadanos que consideran que la economía española va mal, aunque sean seis de cada 10 los que aseguran que su propia situación es buena o muy buena. En España no hace falta sentir la crisis para temerla.

Sin embargo, si el presidente quería resultar tranquilizador no está muy claro que vaya a lograrlo con la metáfora que utilizó. Sánchez prometió que “doblegar la inflación como doblegamos la pandemia”. La comparación sonó a amenaza, teniendo en cuenta que hemos tenido siete olas y solo empezamos a controlarla con la vacuna. A diferencia de para el Covid, para la inflación no está claro que tengamos de eso o, al menos, que estemos preparados para sus efectos secundarios.

¿Moraleja?

La pandemia y la inflación son arriesgadas de comparar, suena a que del Gobierno no depende lo que permite controlar.