LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "El protagonismo del debate lo tuvo el ausente"

Marta García Aller comenta el debate a tres de anoche entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, en el que destacó la ausencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Marta García Aller

Madrid | 20.07.2023 07:46

En psicología, llaman silla vacía a esa técnica que confronta al paciente con una silla en la que el paciente sienta imaginariamente a la persona, situación o vivencia que le provoca un bloqueo emocional para luego ponerse a dialogar con ella. El paciente tiene que imaginarse en la silla a esa persona o situación y decirle en alto aquello de lo que no se atreve como si estuviera allí sentado. Y como hace tiempo que esta campaña electoral necesita una buena terapia, ese hueco simbólico del debate de anoche ayuda a entender mejor la política española.

Por eso es una pena que ayer no le permitieran a TVE dejar un atril vacío para escenificar la ausencia de Feijóo en el debate. Una silla vacía en la que sentar su ausencia hubiera sido interesante porque a todos los candidatos se les medía anoche en función a esa silla vacía imaginaria. A Sánchez por la necesidad de revancha de su cara a cara fallido; a Díaz por la necesidad de hacerse más visible tras una campaña bastante desaparecida en la que ha pasado de hacer propuestas en positivo a atacar a Feijóo; y a Abascal, después de hacer carrera criticando a la derechita cobarde, para ver qué tal se le daba enfrentarse a la izquierda él solo.

Y teniendo en cuenta que la mayor contribución de Abascal en el debate fue permitirle a Yolanda Díaz brillar por primera vez en la campaña, encontrando lo más parecido a un perfil propio a 48 horas de que se acabe, Abascal ayudó a Feijóo. En el PP presumen de que Feijóo se bastaba para ganar a Sánchez y Abascal no pudo con Yolanda Díaz.

Cuanto más alineados se mostraban los candidatos de la izquierda, más indistinguibles parecían y más distinto el PP de Vox. El propio presidente del Gobierno le reprochaba a Abascal lo incómodo que estaba Feijóo con él. La paradoja es que Sánchez le hacía a Feijóo un favor con tanto insistir en ello. Al fin y al cabo, cuanto menos gustara Vox al espectador, al menos al que tampoco le gusta la izquierda, más claro quedaba que la alternativa es el que faltaba.

¿Moraleja?

El protagonismo del debate lo tuvo el ausente, pero no sabemos si eso le ayudará a convertirse en presidente.