Hay avances en la primera cumbre internacional de inteligencia artificial. Los humanos enviados por 28 países para intentar controlar a las máquinas antes de que se nos descontrolen han firmado la llamada declaración de Bletchey.
De momento no hay objetivos específicos sobre ningunas política o medida concreta, pero al menos se han puesto de acuerdo en empezar a conversar sobre regular la inteligencia artificial. Teniendo en cuenta lo que nos cuesta a los humanos ponernos de acuerdo no es poca cosa, sobre todo humanos de países tan poco dados a ello como Estados Unidos y China.
Como de las cosas más difíciles de entender para la inteligencia artificial es la ironía, no sé si ChatGPT verá la gracia en que China también haya firmado el compromiso que incluye: "proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, y fomentar la confianza pública en los sistemas de IA”. China también se declara preocupada porque esta tecnología carezca de transparencia. China quejándose de falta de transparencia.
Para hacernos una idea de cómo la inteligencia artificial va a cambiarlo todo y sus desafíos, nada como imaginarse el uso de ella que pueden hacer las autocracias. Si China es la potencia mundial en biometría es en parte por el empeño de utilizar el reconocimiento facial para el control social.
La IA está salvando muchas vidas acelerando el diagnóstico de enfermedades, también aumenta productividad, pero presenta peligros en pérdida de empleos, desinformación y hasta el diseño de armas biológicas o químicas. La Inteligencia Artificial puede ser una tecnología de progreso o la que amenace las instituciones democráticas, facilite el control social de los autócratas y limite derechos fundamentales como la privacidad y la libertad de expresión.
Por eso es tan importante su gobernanza internacional. Para ello está previsto celebrar una segunda reunión dentro de seis meses en Corea del Sur y una tercera en Francia dentro de un año. No descartemos que los humanos que mandan vayan a ir de cumbre en cumbre repitiendo lo importante que es hacer algo sin terminar de hacer nada. Entre tanto, la inteligencia artificial avanzará de forma vertiginosa, ajena a la ironía.
¿Moraleja?
Esta cumbre tiene más simbolismo que sustancia, pero legislar la inteligencia artificial tiene mucha importancia.
