De todos los problemas enquistados, que son muchos, que han convertido la vivienda en la principal preocupación cada vez para más españoles, hay uno del que estamos hablando poco: la miopía.
Porque sí, efectivamente tenemos un problema de oferta. España necesitaría construir 250.000 al año. Sí, hay una subida de precios desbocada: en diez años, la vivienda ha subido casi un 50% y el alquiler un 58%. Y hay temor al alquiler entre pequeños propietarios y hay muchas zonas saturadas de alquileres turísticos.
Pero también hay mucha miopía. Ideológica, sobre todo, pero también legislativa. Están los miopes que ven toda intervención del estado un problema al que responsabilizan de todos los males de la vivienda y los que creen que con más intervención se arreglaría todo. Pues mira, llevamos tantos años sin que la política se tome en serio la vivienda que nos hacen falta medidas de todo tipo. Y, a ser posible, coordinadas entre sí.
La miopía impide ver de lejos. Y la mayor parte de políticas de vivienda que pueden funcionar tienen necesariamente que ser a largo plazo. Es decir, puede ser otro presidente, otro alcalde, otro partido, el que recoja los frutos. Y por eso la política de vivienda de verdad no es la que se limita a ponerse medallas anunciando miles de viviendas. A saber cuántos miles de viviendas nos han prometido ya, porque no sabemos cuántos miles han prometido varias veces.
La buena noticia es que el plan que presentó ayer el Gobierno parece más serio y ambicioso que las promesas electorales. Aborda el problema desde distintos frentes: incentiva con bonos fiscales y avales a los pequeños propietarios, que son el 85% del mercado, blinda la vivienda protegida, penaliza a los pisos turísticos, problema en el que coinciden alcaldes de todas las ideologías. ¿El mayor problema de este plan? Necesita mucho dinero, y, sobre todo, mucho consenso. Ya pueden seguir anunciando planes, que como no se coordinen entre administraciones de distintas ideologías difícilmente van a arreglar esto.
¿Moraleja?
Para que estos planes de vivienda sean la solución, sobra miopía y falta coordinación.
