LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Que lleguen a tiempo los regalos, y los salarios no sean tan malos"

Marta García Aller reflexiona sobre la huelga indefinida de los trabajadores de Amazon en Sevilla, una de las plantas logísticas más grandes de Europa.

Marta García Aller

Madrid | 05.01.2024 07:48

El año ha empezado con varias huelgas en marcha. Están de huelga indefinida las enfermeras en Cataluña, que piden mejoras salariales acorde con su categoría profesional y están en huelga los trabajadores de Iberia a partir de hoy y todo el fin de semana de Reyes, por lo que habrá familias que no puedan volver a casa a tiempo y tendrán que esperar a su vuelta para ver qué les han dejado los Reyes.

Pero de todas las huelgas, hay una que está pasando inadvertida y que seguramente sea de las más inquietantes que puede haber en la víspera de Reyes. La que afronta Amazon en Sevilla. No se está hablando mucho de esta huelga indefinida en una de las plantas logísticas de Amazon más grandes de Europa, que empezó hace tres semanas y que puede afectar a la entrega de paquetes de última hora.

Una huelga de Amazon en Reyes es como una huelga de renos en Papá Noel. Y no es en Laponia, sino en Dos Hermanas, donde Amazon tiene este centro logístico que distribuye los productos. Sus trabajadores denuncian que en Sevilla tienen las peores condiciones del país.

Esta es la temporada del año que más se recurre al comercio online. Un 70% de los españoles ya hace buena parte de sus compras de Reyes por internet. Eso convierte estos días al trasiego de repartidores de portal en portal en pajes reales esenciales que echan una mano a sus Majestades de Oriente. Y algo de magia tiene tanta logística y tanto algoritmo que permite que tantos millones de paquetes lleguen a tiempo.

La logística no se ve. Y a veces olvidamos que en las entretelas de la compra online, lo que va entre el clic que hacemos al comprar algo en el móvil y suena el telefonillo con el paquete, además de algoritmos, hay personas. Algunas en huelga. Nosotros cruzamos los dedos porque los repartidores nos pillen en casa, ellos porque la huelga sirva para que sus condiciones mejoren después de Reyes.

¿Moraleja?

Que lleguen a tiempo los regalos, y los salarios no sean tan malos.