Pues ya sabemos qué pasa cuando se celebra la cumbre del clima en un petroestado como Dubai. Pasa que Sultan Al Jaber, el anfitrión y presidente de la cumbre, de la Cop28, puede decir barbaridades como que “no hay ciencia” que indique que se necesita una reducción gradual de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Lo que no hay son científicos de prestigio que avalen tal afirmación. Porque lo que han proliferado en la cumbre desde que The Guardian hizo público que Al Jaber dijo eso son científicos muy preocupados asegurando que esos comentarios rayan la negación climática.
Al Jaber también dijo que la eliminación gradual de los combustibles fósiles no permite el desarrollo sostenible “a menos que se quiera llevar al mundo nuevamente a las cavernas”. Algo tendrá que ver en la defensa que ha hecho de los combustibles fósiles que, además de dirigir la COP 28, Al Jaber sea director de la petrolera de los Emiratos que produce cuatro millones de barriles de petróleo al día.
Dicen los ecologistas que tener al directivo de una petrolera presidiendo la cumbre del clima es como poner al presidente de una empresa tabaquera a presidir una conferencia sobre el cáncer de pulmón.
Poco antes de la que empezara la cumbre del clima, la BBC filtró unos documentos que mostraban que Emiratos planeaba utilizar las reuniones internacionales sobre el clima para promover acuerdos comerciales de petróleo y gas. Más que un conflicto de intereses lo que hay es recochineo.
Pero hay esperanza. De las 200 naciones que participan en la Cop28, hay ya más de 100 países que ya respaldan una eliminación gradual de los combustibles fósiles. Estados Unidos, el mayor productor de petróleo y gas del mundo, también. Otros, como Rusia, Arabia Saudí y China, lo rechazan.
Son los que amenazan con que sin petróleo volveremos a las cavernas. Asocian el petróleo a prosperidad, cuando en realidad solo defienden sus intereses.
¿Moraleja?
Los que el petróleo quieren proteger no lo hacen por el progreso, lo hacen por el poder.
